A nadie se le escapa que después de una derrota lo pertinente es iniciar un proceso de análisis que, en sí, es positivo para descubrir las causas de los errores y así poder subsanarlos.
Traducido al VCF, la historia se resumiría en que el partido contra el Mallorca fue un desastre, la primera parte no funcionó nada, el centro del campo del VCF no se enteró de que había partido y, fruto de todo ello y de que al otro “Chori” (Castro) se le unió Nsue, Webó y, sobre todo, De Guzmán, el final del partido reflejó una derrota (merecida) del VCF en Mestalla.
Hoy era el turno para las esperadas charlas, para juntarse al abrigo del vestuario de la Ciudad Deportiva de Paterna y analizar, poner en negro sobre blanco lo que pasó el sábado y asumir cada uno su parcela de responsabilidad, que, por si alguien lo duda, las cosas rara vez son culpa de una sola persona.
En el VCF empieza a cundir el ejemplo de D. Manuel Llorente, quien ve culpables de todo por doquier, encuentra argumentos para ensalzarse, para criticar a cuantos se muevan y, por tanto no salen en la foto, además de vanagloriarse de sus éxitos obviando sus errores. Digo empieza a cundir el ejemplo, pero guardo un resquicio de esperanza.
Unai Emery, el sábado, en rueda de prensa y tras el desastre de partido que hizo el VCF ante el Mallorca, mostró valentía al asumir toda la responsabilidad sobre los errores cometidos diciendo que “toda la culpa la tiene el entrenador”. Ése es un gran principio, prometedor, pues no existe otro camino hacia el conocimiento que reconocerse ignorante.
Hoy, en su charla con los jugadores, en ese espacio íntimo y de reflexión común donde es de esperar que se analicen sin cortapisas, sin miedos al qué dirán, sin tapujos y sin aludir a realidades poco claras, a pensamientos vacíos o a excusas vanas, hoy, Unai Emery ha pedido a sus jugadores “más implicación” y que “lean mejor los partidos”.
A estas alturas, seguro que a más de uno le pasará como al que suscribe, que le suena a demasiado raro que sea el entrenador el que le pida a los jugadores que lean mejor los partidos, puesto que, claro, no extrañará a nadie que algunos de esos futbolistas a los que les ha pedido que lean mejor los partidos, haya pensado (quizá lleno de razón) que la función del entrenador es, precisamente, leer bien los partidos y de eso, no anda el VCF sobrado de talento.
Traducido al VCF, la historia se resumiría en que el partido contra el Mallorca fue un desastre, la primera parte no funcionó nada, el centro del campo del VCF no se enteró de que había partido y, fruto de todo ello y de que al otro “Chori” (Castro) se le unió Nsue, Webó y, sobre todo, De Guzmán, el final del partido reflejó una derrota (merecida) del VCF en Mestalla.
Hoy era el turno para las esperadas charlas, para juntarse al abrigo del vestuario de la Ciudad Deportiva de Paterna y analizar, poner en negro sobre blanco lo que pasó el sábado y asumir cada uno su parcela de responsabilidad, que, por si alguien lo duda, las cosas rara vez son culpa de una sola persona.
En el VCF empieza a cundir el ejemplo de D. Manuel Llorente, quien ve culpables de todo por doquier, encuentra argumentos para ensalzarse, para criticar a cuantos se muevan y, por tanto no salen en la foto, además de vanagloriarse de sus éxitos obviando sus errores. Digo empieza a cundir el ejemplo, pero guardo un resquicio de esperanza.
Unai Emery, el sábado, en rueda de prensa y tras el desastre de partido que hizo el VCF ante el Mallorca, mostró valentía al asumir toda la responsabilidad sobre los errores cometidos diciendo que “toda la culpa la tiene el entrenador”. Ése es un gran principio, prometedor, pues no existe otro camino hacia el conocimiento que reconocerse ignorante.
Hoy, en su charla con los jugadores, en ese espacio íntimo y de reflexión común donde es de esperar que se analicen sin cortapisas, sin miedos al qué dirán, sin tapujos y sin aludir a realidades poco claras, a pensamientos vacíos o a excusas vanas, hoy, Unai Emery ha pedido a sus jugadores “más implicación” y que “lean mejor los partidos”.
A estas alturas, seguro que a más de uno le pasará como al que suscribe, que le suena a demasiado raro que sea el entrenador el que le pida a los jugadores que lean mejor los partidos, puesto que, claro, no extrañará a nadie que algunos de esos futbolistas a los que les ha pedido que lean mejor los partidos, haya pensado (quizá lleno de razón) que la función del entrenador es, precisamente, leer bien los partidos y de eso, no anda el VCF sobrado de talento.
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