
Los acontecimientos han dado un giro inesperado y el resultante es que Fernando sale del VCF, aunque flota en el ambiente un "por el momento" que desata rumores y comentarios desde todos los sectores. Cuando Fernando da el paso de marcharse, en esta partida de ajedrez, se sacan varias conclusiones, fundamentalmente una: los que apoyan a Fernando lo hacen también para tensar la cuerda.
En estos tiempos en los que el presidente del VCF no lo elige una Asamblea, o Junta de Accionistas, o depende de comprar acciones, o de que le voten en cualquier elección, resulta evidente que las afinidades y los apoyos juegan un papel fundamental.
Llorente se ha encontrado de repente con dos imprevistos que le han recordado que no es presidente del VCF por tener acciones, o por haber sido votado, sino porque le han puesto ahí. Seguramente Llorente sabe que del mismo modo que le han puesto como presidente, pueden quitarle y entregar las riendas del VCF a otra persona, incluso a Fernando Gómez.
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