
Con la dimisión de Fernando Gómez, la situación ha dado un giro inesperado y podría haber cambios en lo que estaba previsto. En la tarde de hoy, Llorente y sus consejeros deciden qué hacer respecto a la vacante dejada en el Consejo del VCF. Los estatutos de la entidad fijan en 7 los miembros mínimos del Consejo, pero la ley marca un mínimo de 5.
Si se decide ser fiel a los estatutos del VCF, se nombrará a otro consejero y deberá someterse a la aprobación de la Junta General de Accionistas, eso sí, sin el voto de las acciones de la Fundación. De este modo, el patrono designado para votar, José Carlos de Miguel, no podría ejercer el voto (por mandato del Patronato) y se dejaría la decisión en manos de los pequeños accionistas del VCF.
El sábado estaba previsto que se viviese una jornada tranquila para Llorente, pero las tornas pueden cambiar y los nervios están a flor de piel. Existe preocupación en el Consejo, del que forma parte Társilo Piles, y una incertidumbre creciente ante la posibilidad de una votación popular en la que adquieran protagonismo las acciones de quienes quedaron defenestrados.
Ahora se empieza a entender la "jugada" de Fernando Gómez Colomer, que siempre se caracterizó por tener "la cabeza muy bien amueblada" (y muy grande :-).
ResponderEliminaryo esperaba que moviese ficha pero de otra forma.
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